En temas legales siempre hay un riesgo por imprevistos y por la gravedad del caso; por ello, la contratación de los servicios de un buen abogado en Palma de Mallorca puede ser fundamental tanto para la resolución evidente de un juicio, como para las consecuencias para nuestra economía. De esta manera, como clientes tenemos todo el derecho a que el abogado nos de toda la información que esté a su alcance Y así poder decidir libremente si nos interesa como abogado o no.
En muchas ocasiones intentamos hacer las cosas por nuestra cuenta para intentar reducir costes en servicios profesionales o consultamos un conocido que tiene algunas nociones de leyes. Aunque esto suele salirle a la gente mucho más caro al final. El mundo legal es muy complejo y conviene estar arropado por un buen abogado y no por los abogados más baratos de Mallorca, que sólo te acompañarán al juicio y verán como tus opciones de éxito se van reduciendo progresivamente.
Casos Ganados
Horas de experiencia
Precios economicos
Clientes felices
Antes de iniciar un proceso judicial el abogado que estemos analizando para su contratación debe informarnos de los pros y contras de iniciar todo. El problema de muchos abogados baratos, es que se centran en contarnos los beneficios que vamos a obtener con una sentencia favorable. Y también debemos conocer el tiempo real de la duración del proceso y las posibilidades reales de ganar el caso.
Otro riego que podemos sufrir es desconocer los costes reales del proceso y al alargarse mucho, no podamos seguir pagando los costes. Y también debemos pedir referencias sobre su experiencia o capacidad sobre la temática que defiende. Hay muchos abogados que tratan de cubrir muchas áreas de la abogacía y no acaban controlando ninguna.
Por último, debemos exigir al abogado que nos firme una hoja de encargo profesional con los honorarios que nos va a cobrar y cuándo nos lo va a cobrar. Y si nada más iniciar el contacto con el nuevo abogado ya desconfías de él, es mejor cambiar ya de abogado. Ya que en España no estás obligado a mantener el mismo abogado en un proceso judicial hasta el final.